El departamento de Acción Social del Ayuntamiento de Pasaia, en su objetivo de contribuir a la mejora de calidad de vida, el bienestar biológico, psicológico y social de todos los pasaitarras, y Hurkoa, fundación creada por Cáritas dedicada a la atención, defensa y tutela de personas mayores o con enfermedad mental en situación de fragilidad, dependencia o desprotección, han firmado un protocolo de actuación para ayudar y proteger a los vecinos de la localidad que puedan presentar insuficiencias para llevar a cabo sus tareas diarias.

Ambas entidades llevan ya tiempo colaborando en este ámbito, pero han querido dejar plasmada su experiencia en este documento porque, según explicó durante su firma el presidente de Hurkoa, José Luis de la Cuesta, “queremos aclarar la metodología de nuestra actuación y afianzarla, para establecer las mejores vías de colaboración posibles, que ya hemos explorado y que son resultado de esa experiencia”. A su juicio, es fundamental contar con esta herramienta, “que creemos que va a ser esencial para lograr los objetivos en el marco de un procedimiento de mejora continua”.

Por su parte, la alcaldesa de Pasaia, Amaia Agirregabiria, indicó que el protocolo suscrito “reafirma que ambas partes siempre trabajan por la mejora del bienestar y de la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas de Pasaia y Gipuzkoa”.

Alcance del protocolo

Agirregabiria explicó que “permaneciendo siempre cerca de la ciudadanía, en el trato directo con las personas, el departamento de Acción Social ha detectado que algunas de ellas presentan insuficiencias para el desarrollo de tareas diarias. Tras analizar todo tipo de situaciones, hemos derivado varios casos a Hurkoa, con el fin de promover y asumir la defensa judicial y tutela de las personas que lo necesitan, priorizando aquéllas que carecen de apoyo socio-familiar; de asesorar, acompañar y orientar a las familias afectadas; y de ofrecer información, ayuda y amparo en situaciones de desprotección, también cuando no hay razones para la declaración de incapacidad”.

Ante esta situación, y para optimizar el servicio prestado a este colectivo desde incluso antes de que se puedan producir situaciones de fragilidad, el protocolo define las situaciones que necesitan intervención, los objetivos y métodologías para la detección de los casos, la conciliación de su nivel de gravedad y los modos de proceder en cada caso. Y es que ambas entidades consideran “esencial” trabajar de manera coordinada, complementando sus funciones, cada uno desde sus propias competencias, para que los pasaitarras se beneficien de la mejor atención posible en todo momento.