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Exposicioa
12, Septiembre 10

Chillida deja su huella en Hurkoa

La inauguración de la exposición de pintura que Hurkoa organizó la primera semana de octubre tuvo una gran acogida por parte del público. Cerca de un centenar de personas acudieron a la presentación, que tuvo lugar en el Salón de Seminarios de Kutxa, atraídas por los cuadros y por la presencia de Eduardo Chillida Belzunce, uno de los pintores más importantes del territorio en la actualidad. Todas coincidieron en resaltar la grata sorpresa que les había producido la calidad de las obras expuestas, creadas por una veintena de personas con enfermedad mental que habían trabajado en los talleres de pintura organizados por la Fundación.

En una primera presentación realizada ante los medios de comunicación, el presidente de Hurkoa, José Luis de la Cuesta, destacó lo importante que fue para la Fundación poder realizar la exposición “porque es una manera de reconocer los valores que tienen aquellas personas que integran nuestra organización”.

Asimismo, ensalzó la conveniencia de los talleres de pintura para que las personas con enfermedad mental que participaron en ellos puedan desarrollar capacidades creativas y artísticas. En este sentido, señaló que el hecho de que Hurkoa tutele a algunas personas no significa que éstas sean completamente incapaces sino que, al contrario, pueden desarrollar múltiples facetas. “Ésta es una manera de demostrar cómo también personas que pueden tener dificultades por un lado, sin embargo por otro son capaces de plasmar sus vivencias, su manera de ver el mundo, su forma de abordar su realidad, en soportes en los que otros seríamos incapaces”.

Va por ti, Juanjo

Abel Barcenilla ha sido, junto al matrimonio formado por Maria Jesús Sesma y Juanjo Llorente, uno de los impulsores de los talleres de pintura y, en consecuencia, de la exposición. Tras la intervención del presidente de la Fundación, Barcenilla subrayó la alta aceptación que había tenido la actividad: “Al principio costó enganchar, pero luego fue muy fácil trabajar con los alumnos. El resultado ha sido muy bueno y coherente”.

De las clases, Abel destacó, por encima del hecho central de pintar los cuadros, la reflexión que se realizaba en los últimos minutos de cada sesión: “Abordábamos desde aspectos estéticos como el peso del color, la composición o la armonía de un cuadro, hasta lo que querían expresar, si había algo que había costado más, con qué color se identificaban… Porque todo eso refleja el estado de ánimo y sirve para exteriorizar a veces alegría, otras veces tristeza… en definitiva, sensaciones. Transmitir esa esencia de cada uno es lo que al final a ellos más les va a aportar”.

Barcenilla también resaltó la sensación de liberación que proporcionaban los talleres a los alumnos, no sólo a nivel personal, sino también grupal, ya que “al tratarse de un punto de encuentro para varias personas, se sienten más arropados y sacan lo mejor de sí mismos”. Y destacó la importancia de la exposición “para que todo lo realizado en los talleres no se quede sólo ahí. Con esta muestra las personas que han realizado el taller ven que todo puede llegar a algo más. Que su trabajo lo pueda apreciar más gente les permite superar barreras, miedos y dificultades”.

Por último, se sumó al presidente a la hora dar las gracias a Eduado Chillida por su apoyo desinteresado a la Fundación, a los alumnos por ser los verdaderos artífices de la exposición, y a Maria Jesús y especialmente su marido Juanjo por ser los fundadores y el auténtico alma de los talleres. “Juanjo, ya fallecido, no ha podido estar entre nosotros y le hubiese encantado”, recordó Abel. Por eso la exposición incluyó dos cuadros suyos para homenajearle.

Arte para evolucionar

Eduardo Chillida fue el último en tomar la palabra. En primer lugar felicitó a todos los pintores porque las obras “son realmente buenas, sobre todo por sus colores y profundidades” y confesó sentirse “halagado al conocer que a las personas que habían pintado los cuadros les hacía mucha ilusión que me prestase a apoyarles”.

Eduardo recordó su “terrible” accidente de moto que estuvo a punto de costarle la vida y que le paralizó medio cuerpo, y que gracias al arte, pintando con la mano izquierda a pesar de ser diestro, pudo seguir adelante, porque “pintar me da fuerza. Ver los resultados, que sale algo, me motiva”. De igual modo que a las personas que han pintado los cuadros de la exposición “les puede servir para evolucionar”. A su juicio, “una actividad como la pintura puede ayudarles a superar un problema”. “Pintando sientes que no estás aquí en el mundo solamente pasando sino que estás dejando huella. La huella en este caso son los cuadros”, remarcó.

Finalmente recordó que su madre, en edad muy avanzada, “puede no hablar en días, pero sin embargo no para de pintar, es su forma de expresión”. Igual que han podido hacer los artistas de la exposición, ya que “en los cuadros se nota cómo los pintores han podido exteriorizar los sentimientos que llevan dentro. Tienen bastante expresión y enganche para las personas que los vayan a ver. Son realmente bonitos”. Y concluyó que “el arte que todos llevamos dentro de alguna manera sale por donde sea”, y animó a los autores a que sigan pintando, “que lo que pintan no es ninguna tontería, y con gente tan buenísima como hay en Hurkoa, podréis hacer otra exposición”.

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